Judith Kalman*
Llevamos cuando menos 12 años durante los cuales la inserción de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) a la educación ha estado en el debate público. Desde el lanzamiento de Enciclomedia hasta la convocatoria más reciente de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para equipar el proyecto de Aulas Telemáticas, las propuestas, sin excepción, parten de la premisa de que la tecnología va a mejorar la educación. Todos los candidatos presidenciales la incluyen en sus planteamientos, y prometen una cruzada por la alfabetización digital (EPN), la dotación de equipos a maestros y alumnos (GQ), talleres de tareas aprovechando las nuevas tecnologías (JVM) y acceso gratuito a internet para todos los estudiantes de las escuelas públicas (AMLO).
Si a mí me hicieran la pregunta sobre lo que las TIC aportan a la mejora de la educación, a lo mejor diría “nada”. Pero pensándolo bien, tendría que decir: “depende”. La computadora es una máquina para escribir, dibujar, calcular, buscar información, entretenerse y comunicarse; y además, ofrece la posibilidad de integrar todas estas acciones. Sin embargo, no es el equipo el que agrega o aporta opciones nuevas a la educación, sino su uso. Esta no es una distinción banal, porque la computadora y el internet se pueden utilizar para seguir reproduciendo las peores prácticas escolares. Sirven para copiar y pegar textos y entregarlos al maestro como propios, o para resolver cuestionarios de opción múltiple. Tan es así, que en algunas escuelas los alumnos van al aula de medios para reproducir a mano los textos desplegados en la pantalla; es decir, copiándolos en su cuaderno. Pero también la computadora y la conectividad sirven para investigar, analizar, colaborar, diseñar, animar e integrar representaciones multimodales de conocimientos y significados. Cuando se explotan sus propiedades posibilitadoras, son poderosas herramientas para pensar, para intercambiar ideas, para ratificar o rectificar hipótesis, para colaborar, para diseñar productos culturales como infográficos, videos, y podcasts; y para conocer diseños hechos por otros.