Claudio Godio, profesor de la carrera Ingeniería en Informática, UADE.
De la mano de la recomposición de la industria, ocurrida durante los últimos años, se incrementó el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs), en las empresas. Esto no solo se debió a la posibilidad de inversión, en las tecnologías que las compañías podían afrontar sino, también, al conjunto de ventajas que estas aportaban, las reglamentaciones impositivas y/o funcionales que exigen por informatizar procesos de registración y control.
Si hablamos de grandes empresas, estas ya se encuentran atravesadas por las TIC's en todas sus áreas (tanto de forma vertical como horizontal) y, en la mayoría de ellas, forman uno de los pilares que sustenta las compañías (especialmente, en el sector de servicios). En lo que respecta a las pequeñas y medianas empresas, no ocurre lo mismo, ya que la adquisición de las TIC se realiza de forma no planeada y, generalmente, en remplazo de tecnologías existente. Comienzan con las áreas administrativas y contables, utilizándola como herramienta que brinda soporte a los procesos operativos; se continúa por el área Comercial, donde se suele incursionar en los sistemas de Pedidos, Facturación, Registración y, paralelamente, se utiliza como herramienta de marketing y publicidad (sitio web de la empresa, contacto vía mail, entre otros) y de comunicación interna. La última etapa -y en muchas pymes aún se está en la etapa de consolidación de estructura y servicios internos- corresponde a la integración de las TICs como herramienta de apoyo y planificación de las áreas productivas, el desarrollo de mejoras sobre los procesos productivos y las mejoras tecnológicas.