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La decisión de los líderes europeos de recortar sustancialmente los fondos destinados a financiar el despliegue de la banda ancha en la UE ha sido mal recibida por los representantes de la industria TIC, como ETNO y el FTTH Council Europe.
El Connecting Europe Facility (CEF) estaba dotado de 9.200 millones de euros para proyectos TIC, pero durante las negociaciones llevadas a cabo en la noche del pasado viernes esa cifra se redujo a 1.000 millones, un volumen de inversiones que, para la industria, no bastará para dar soporte al despliegue de banda ancha en las zonas de la UE de menor cobertura.
ETNO, la asociación de los operadores europeos, y el FTTH Council Europe se han apresurado a condenar el recorte de fondos. Luigi Gambardella, presidente de ETNO y vicepresidente de Telecom Italia, en un comunicado ha calificado la decisión de ‘corta de miras’ advirtiendo de que el actual nivel de inversiones de los operadores -que en 2011 se elevó a 24.800 millones de euros- “será cada vez más difícil de mantener”.
Para Karin Ahl, presidente del FTTH Council Europe, “la decisión muestra que todavía los gobiernos de la UEno comprenden la importancia de las redes de banda ancha para el futuro de Europa”.
Incluso Neelie Kroes, comisaria para la Agenda Digital Europea, ha reconocido que ahora será más difícil alcanzar los objetivos en banda ancha para 2020 y ha llamado a los estados miembros a ayudar a construir un mejor mercado paneuropeo. Kroes ha asegurado, además, que seguirá trabajando estrechamente con el Banco de Inversiones Europeo para reforzar los préstamos de la banca destinados a proyectos de banda ancha.
‘Servicios digitales necesarios’
Los 1.000 millones de euros ahora disponibles en proyectos TIC irán destinados a financiar “infraestructuras de servicios digitales necesarios” en áreas como e-health, firma electrónica, e-procurement, ciberseguridad y la digitalización de archivos culturales (Europeana). Además, se han asignado 6.300 millones a Galileo, el sistema europeo de satélites de navegación, cifra que supone un recorte de solo un 10% de la cantidad propuesta por la Comisión.
Los líderes de la UE quieren que el nuevo presupuesto entre en vigor en enero de 2014, pero no es seguro que tales deseos se cumplan. El Parlamento Europeo debe ahora aprobar el presupuesto mediante votación secreta para proteger a los parlamentarios de la presión directa de los gobiernos. Pero, si bien los principales partidos coinciden en considerar insuficiente el acuerdo, parece improbable que el Parlamento se arriesgue realmente a paralizar la UE votando en contra.
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