Ernesto Piedras
Es común hablar de la brecha digital que tiene México, la falta de penetración de Internet, computadoras o smartphones, entre otros, tanto comparando con otros países, como entre los propios mexicanos. Por su parte, cabe destacar que el estudio académico de las TIC y sus diferentes impactos en la sociedad es un campo relativamente nuevo. Por esta razón, los esfuerzos en esta dirección, como el presentado hace poco tiempo en el ITAM (Ortiz Monasterio, Leonor, “Participación sobre la sociedad civil mexicana y las tecnologías de la información y la comunicación”, Tesina, Relaciones Internacionales, ITAM, 2012), deben ser tomados en cuenta, ya que aportan nueva información y colaboran a la discusión activa.
Esta contribución académica anota que los beneficios de acortar la brecha digital en México son muy vastos, ya que pueden ir mucho más allá de la educación y la productividad en el trabajo. Pensando a largo plazo, el acceso a TIC puede tener un impacto significativo en diversos aspectos de la sociedad mexicana. Por ejemplo, desde hace varios años, se ve en México un aprovechamiento de las redes sociales para el activismo, ya sea político o social, y se ha intensificado su uso para crear una comunidad y apoyar causas específicas, con todo tipo de impactos a nivel nacional e internacional.
En México, este fenómeno se ha desarrollado en un contexto de limitada penetración de Internet, lo que lleva a la escritora de este trabajo a preguntarse si el acercar al grueso de la población herramientas como Internet pudiera tener un impacto significativo, y, en todo caso, si puede ser cuantificable u observable.
Sociedad civil e Internet
Desde los 90, Internet se ha presentado como una herramienta incluyente, que aporta bastantes factores positivos que promueven y facilitan la participación social, sirviendo en gran medida para comunicar al mismo tiempo que fomenta la interacción entre personas. Como un aspecto fundamental de la sociedad civil es organizar y conectar a la gente, Internet y la sociedad civil parecen ser bastante compatibles. Un ejemplo de ello es la Web 2.0, donde el usuario participa activamente en la conformación del contenido. Adicionalmente, debe mencionarse el segundo factor clave: el bajo costo de uso. Aunque existe un costo muy alto de entrada, en particular en México, una vez sabiendo hacer uso de las TIC, el activismo resulta mucho más accesible.
Las redes sociales han tenido un impacto inimaginable en la manera de abordar la participación de la sociedad civil. Ofrecen una plataforma sencilla y muy variada para actuar y proponen alternativas interesantes de participación ciudadana, aunque no suplantan las actividades que se tienen que llevar a cabo fuera de Internet; sin embargo, se consolidan como un gran instrumento para fomentar la participación en su primera etapa, promoviendo y apelando al interés de las personas.
Situación actual del país
A pesar de los beneficios que ofrecen las TIC a la sociedad, aún falta un largo camino por recorrer en términos de sociedad civil y brecha digital.
En México, únicamente 23% de los hogares tiene Internet y 30% dispone de una computadora, según cifras del INEGI. En cuanto a población, hay 40.9 millones de internautas en México, de los cuales 85% hace uso de redes sociales. Esto quiere decir que, si bien los internautas son bastante activos en las redes sociales y en potencia podrían contribuir a la construcción de una sociedad civil más fuerte, la penetración de TIC en el país aún es muy limitada, dejando a un enorme número de mexicanos fuera de su alcance.
Al mostrarse las TIC como una herramienta útil para el desarrollo e involucramiento en la sociedad civil, derivando en una sociedad más sana y unida, resulta interesante su análisis desde un punto de vista académico. De ahí surge la idea de analizar si existe una relación positiva entre acceso a TIC y participación en la sociedad civil, para así mostrar otro de los muchos beneficios que aportarían las TIC al alcanzar mayores niveles de penetración.
Hoy en día, no existe una encuesta que agrupe datos de ambos ámbitos, aunque la Encuesta Nacional de Valores propone ciertas variables que tocan los dos sectores. Desafortunadamente, quizás por falta de desarrollo de la sociedad civil y la poca penetración de Internet en el país, no se encontró ninguna relación entre ambos grupos de variables.
Sin embargo, este resultado muestra que en México aún seguimos atrasados en TIC como para poder medir el impacto que éstas han tenido en la sociedad. En todo caso, esta discusión, sin duda, aporta al argumento de la necesidad de acortar la brecha digital. Cabe esperar que la reciente declaración presidencial de elevar la banda ancha a derecho constitucional tenga un impacto positivo en la persecución de tan anhelado objetivo.
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